La ofrenda completa, para ambos días, el 1 de noviembre se le dedica a los pequeños, a los niños, por ello, todo mi corazón estaba lleno de recuerdos, porque en él habita una estrella especial, aquella en la que mi querido sobrinito A. Isaac se convirtió hace un año, ya que después de vivir en este planeta durante 20 jornadas, decidió volar al firmamento para iluminar cada noche a sus padres, a sus abuelos y a sus tías, incluso un poco de esa brillante luz me acompaña en este cielo distinto e igual, a 10,000 kms. del país de ambos. Queridísimo A. Isaac, por siempre en todo mi corazón.
- Fotografía 1: El cariño y el homenaje dedicado de izquierda a derecha: Ángel Isaac, mi sobrinito; Jorge y Esperanza, los padres de mi esposo y Karl, marino y productor cinematográfico suizo en extremo enamorado de México y de Chipre, residente en Holanda durante más de 3 décadas, amigo entrañable de nosotros dos. Todo lo anterior adornado según corresponde, con flores, ante la imposibilidad de encontrar aquí el perfumado cempoalxochitl, ni siquiera a su semejante holandesa, la pequeña afrikaantje, entonces unas flores artificiales de colorido semejante y reproducciones chiquitas de comida típica mexicana* y lo mejor de este año: dos calaveritas de amaranto medianas y comestibles, dos piezas pequeñas de pan de muerto cien por ciento del país de origen de esta tradición y dos hermosas reproducciones de comida típica mexicana** de esta fiesta hechas de azúcar y colores brillantes, todo cortesía y regalo del amable agregado cultural de México.
- Fotografía 2: Se coloca la bebida típica de la persona o personas a quien se recuerda, en este caso, un poquito del buen tequila, el añejo, más como símbolo mexicano que como cualquier otra cosa. Además, una hermosa orquesta de mariachis con su cantante ataviada de China poblana hecha de garbanzos pintados por artesanos de mi país de origen, todo, en honor al ícono contemporáneo más conocido fuera de las fronteras del país en forma de cuerno de la abundancia de cabeza, según le denominara hace mucho tiempo Von Humbolt.
- Fotografía 3: Iris, vigilante y cuidadosa, le presta atención a los textos, en holandés, español e inglés, referentes al tema, estudiado por antropólogos, sociólogos, historiadores, poetas, artistas, cineastas. etc. de México y de muchos otros sitios del mundo. Celebración colorida, poética nostálgica, amor prolongado en el recuerdo y tradición que se renueva año tras año, desde el panteón más humilde en la nación arriba mencionada hasta la mega ofrenda en la inmensa explanada de la zona central de Ciudad Universitaria, de la UNAM, en la Ciudad de México, que cada noviembre se le dedica a alguien distinto, en esta ocasión le correspondió el turno al incomparable Edgar Allan Poe. Fiesta que se celebra en todo lugar donde haya un mexicano, desde Estados Unidos, hasta China, pasando por todo lo demás.
Nota 1: * La comida reproducida es: tres tortillas de maíz en comal, una torta de queso con jamón envuelta en tortilla de papel azul, un chile relleno con crema blanca, tres chiles poblanos largos y frescos, una cestita con birote, concha y rosquilla, un molcajete con salsa, un platito con frijoles negros y chile verde, dos platitos de arroz blanco con chícharos y una pata de pollo en mole poblano, tres quesadilas sencilllas en comal, un nopal inmenso aún por preparar y un barrilito de madera con hielo que enfría cervezas mexicanas.
Nota 2: ** Reproducción en azúcar de: un plato blanco con un tarroncito de cerámica lleno de atole de fresa junto a un pan de muerto con azúcar y una dona con glaseado rosado y otro plato con un pan de muerto color rosa mexicano espolvoreado con azúcar.
Pobre angelito! Y nunca mejor dicho....
ResponderBorrarBesos
Ma chèrie, Rosana,
ResponderBorrarMerci beaucoup pour tes mots si jolis.
En la famila le llamamos Angelito y yo, en particular, le llamo por su segundo nombre, Isaac, ya que desde niña he sido una gran admiradora de I. Newton.
Este pequeñito siempre estará en nuestros corazones por supuesto, aunque yo no he podido estar al lado de sus padres, pues lo quiero cada día más y cuando veo al estrellado firmamento pienso con una infinita ternura en él y en su papá, mi hermano menor al que cuidé mucho, pues imagínate, le llevo 10 años y medio de diferencia...
Besos y más besos desde una tremendamente lluviosa Den Haag.