Mi hermana Tania, siempre bromea conmigo al respecto: "Tu pasión por los American Cocker Spaniel, te hace distinguir 1 y emocionarte, por más feo que esté y aunque lo veas a cientos de metros de distancia!" y sí, es por completo cierto.
Me apasiona tener mascotas, especialmente perritos y en particular, la raza mencionada arriba. A lo largo de mi vida he tenido 3, Canelo, cuando era niña, que sólo vivió conmigo un par de meses pues se perdió y jamás lo encontramos aunque mis papás y yo lo buscamos durante mucho tiempo; siempre he deseado que haya tenido una larga y feliz vida. Después, llegó Fidji, que pasó 14 años maravillosos junto a mi familia y a mí, más adelante conviví con Droopy, que era el Bichon Friseé de mi hermano menor, y ya, aquí en Holanda, tuve a Iris, mi adorada perrita que compartió montones de aventuras, risas y cariños durante 13 años y que partió definitivamente el 25 de enero de este año.
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Después de haberle cortado el pelo en casa, lista para el calor, en 2017. |
Iris fue la compañerita perruna ideal durante las diversas operaciones de espalda que me hicieron a lo largo de 10 años, pues siempre fue sumamente alegre y era muy bien portada, además le encataba la gente y recibir visitas en casa y jamás molestó a nadie. Su único defecto fue ser alérgica al plástico y por eso sólo podía jugar con cuerdas como la que tiene en la foto y ponerse muy nerviosa con los fuegos artificiales de fin de año (la única fecha en la que están permitidos en este país).
Cuando estaba en México y vi una muñequita rubia, de inmediato pensé en tenerla para nombrarla en honor a mi adorada mascota y así llegó a mi colección:
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Foto profesional de mi mascota cuando tenia 1 año y
mi muñeca mexicana marca (Julieta Pérez, 2019), con atuendo original de fábrica. |
Y como mi Iris "Tutita", así le llamaba de cariño o "Irisje" (traducción del holandés: pequeña Iris y se pronuncia: /Irisshhe/), siempre está en mi corazón, pues me llevé a mi nueva muñequita con su nombre a pasear conmigo el día de mi cumpleaños a un museo maravilloso junto con una muy querida amiga, Lety.
El sitio es de ensueño, muy al norte del país, pero es la reconstrucción perfecta de cómo se vivía en otras épocas.
Y cada elemento es auténtico, transportado especialmente de su lugar de origen al Zuiderzeemuseum, para su exhibición.
Por supuesto, le hice un suetercito y gorrito especiales para el paseo, ya que a finales de marzo aún hace frío.
Interior de la casa del pescador Piet Peereboom y su esposa Geertje de Jong, que vivían ahí junto con sus 3 hijos, alrededor de 1932, en Grote Werf 15, Marken.
Los colores eran típicos de las casa de la zona.
Fue un día inolvidable y en la mejor compañía posible! Seguro regresaremos en alguna otra ocasión.
Existe un hermoso libro holandés, que describe muy bien el cúmulo de emociones, recuerdos y vivencias que uno puede sentir al tener que despedirse para siempre de un animalito al que se se ha amado mucho, está escrito de una manera amena, sin dramatismo, con alegría, nostalgia y respeto por el duelo y las diversas maneras de vivirlo, pues en este país el cuidado a los animales, ya sean de compañía o en general, es muy valorado y existe una gran comprensión y atención a la naturaleza.
Así, mi Iris vivirá por siempre en mis recuerdos y en mis sueños, pues al pensar en ella sólo sonrío y siento una enorme dicha de haber tenido la oportunidad de quererla tanto y de gozar de su cariño y compañía durante 13 años y ahora esa muñequita ocupa un sitio privilegiado en mi colección.
Esta foto suya fue realizada por una fotógrafa profesional en abril de 2018 y me encanta!